Colombia es un país en vías de desarrollo con una densidad poblacional en aumento y por ende con mayor demanda de energía para sus actividades cotidianas, de negocios y empresariales. De ahí la importancia que desde el Estado se establezcan las acciones necesarias para la producción de energía de distintas fuentes a fin de lograr a sostenibilidad a largo plazo respetando el ambiente.

Afortunadamente, Colombia tiene un gran potencial para las energías renovables, lo que podría ser la clave para una transición energética sostenible. Los estudios muestran que el país tiene un enorme potencial en energía solar, eólica, hidroeléctrica y biomasa, que representarán el 50% de la matriz energética en 2030.

La energía solar, se beneficia de una radiación solar media de 194 W/m2, muy por encima de la media mundial. La Guajira, ubicada al norte del país, tiene una velocidad promedio de viento de 9 m/s a una altitud de 80 metros, lo que la convierte en un recurso ideal para el desarrollo de la energía eólica. Además, Colombia tiene un gran potencial en energía hidroeléctrica y silvicultura y biomasa a partir de residuos agrícolas.

En los últimos años, Colombia ha dado pasos importantes para mejorar la sostenibilidad energética. La Ley N° 1715 de 2014 promueve incentivos para el desarrollo de recursos energéticos renovables no tradicionales mediante el fomento de la instalación de nuevos proyectos eólicos y solares. Asimismo, la participación de las energías renovables en la matriz eléctrica nacional continúa creciendo y ha alcanzado más del 50% de la nueva capacidad instalada en los últimos tres años. Esto muestra el compromiso de los gobiernos y el sector privado con la transición energética.

Para lograr una transición energética verdaderamente sostenible, Colombia debe abordar en gran medida estos desafíos. Esto significa no sólo promover la energía renovable, sino también implementar políticas que garanticen una transición justa, protegiendo así a los trabajadores y las comunidades que dependen de los combustibles fósiles. También es muy importante integrar la sostenibilidad energética con otros objetivos de desarrollo sostenible, como el alivio de la pobreza, la creación de empleo y la protección del medio ambiente. Sólo así Colombia podrá aprovechar plenamente el enorme potencial de los recursos renovables y fortalecer su posición de liderazgo en la transición energética regional.

Sin embargo, aún quedan importantes desafíos por superar. La infraestructura eléctrica del país requiere importantes inversiones para modernizarla y garantizar una integración eficiente de los recursos energéticos renovables. Además, todavía existen barreras regulatorias y financieras para la adopción acelerada de estas tecnologías limpias.